Río de la Plata
Desde Bolivia hasta Buenos Aires
Aunque suene lejano, el río Bermejo tiene gran influencia en las características del Río de la Plata. El transporte de sedimentos y la conformación de uno de los estuarios más importantes del mundo están bajo la lupa de investigadores de Exactas UBA.
Imagen satelital del estuario del Río de la Plata
Los habitantes de Tarija, departamento de Bolivia, denominan a sus pagos como "Chura Tierra", que significa "Tierra hermosa". En el cordón montañoso denominado Sierra de Santa Victoria, en la región de Tarija, nace el Río Bermejo. San Ramón de la Nueva Orán, en la provincia de Salta, es de las primeras ciudades argentinas que recibe el caudal del río, tan solo a tres kilómetros de su centro urbano.
Más de 1800 kilómetros separan aquella "Tierra hermosa" del Obelisco, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, toda esa distancia no es un obstáculo a la hora de tener injerencia en otro río: un equipo de investigación se ocupa de estudiar la importancia de los sedimentos transportados por la Cuenca del Plata y sus consecuencias en el Río de la Plata. Claudia Simionato, directora del Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA/CONICET-UBA) y profesora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de Exactas (DCAO) - UBA, trabaja estas temáticas junto con Diego Moreira, estudiante y docente del DCAO en Exactas UBA.
Claudia Simionato y Diego Moreira
Para contextualizar, podemos decir que un estuario es una zona donde se encuentran las aguas dulces de origen ribereño con las marinas. En esta situación se da un fenómeno de "cuña", que surge porque las descargas continentales no poseen sal, y por lo tanto, son menos densas. De esta manera, el agua salada se ubica debajo del agua dulce.
Por otro lado, el Río de la Plata recibe una cantidad enorme de agua de los ríos que conforman la Cuenca del Plata, que cubre una porción significativa de territorio que abarca parte de Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina. Es la segunda cuenca hídrica más grande en extensión de Sudamérica, detrás de la cuenca del Amazonas.
La investigadora comenta que "el 99% de las descargas líquidas sobre el Río de la Plata, provienen de los ríos Uruguay y Paraná", aunque también existen una serie de aportes tributarios menores como el caso del río Luján, que transporta agua de la provincia de Buenos Aires para finalizar en el Río de la Plata.
Los sedimentos finos
El río Bermejo es uno de los ríos más importantes
de la Cuenca del Plata
Las descargas líquidas en el Río de la Plata son parte de la conformación del sistema; sin embargo, para terminar de comprender su estructura, es necesario conocer que no es solamente agua lo que configura al ecosistema estuarial. Los sedimentos finos, como la arcilla o el limo, son trasladados a través de los ríos y terminan decantando en el Río de la Plata. El origen de muchos de estos sedimentos se remonta muy al norte, desde el Bermejo, para finalizar su recorrido en uno de los estuarios más turbios del mundo.
El afluente del norte logra desplazar gran cantidad de partículas orgánicas e inorgánicas, tomando su nombre (Bermejo) y logrando el color característico del Río de la Plata: "Si se compara con otros estuarios del mundo, es casi único: el nivel de turbidez no lo poseen otros sistemas", afirma Moreira, que además es tesista doctoral en un trabajo dedicado a los sedimentos finos en el estuario del Río de la Plata.
La idea de que la suciedad era la encargada de darle la tonalidad al río, queda descartada: "El color marrón no tiene relación con contaminación, sino que se debe a la enorme cantidad de sedimentos que tienen sus aguas", continúa Simionato.
El estudio realizado por ambos abarca varias áreas de interés y es precursor en temáticas que, hasta el momento, no se venían trabajando de esta manera. Además de investigar los sedimentos finos, las búsquedas realizadas van a permitir apoyar otros estudios para ahondar en las dinámicas hídricas de la zona, como también examinar los niveles de contaminación, la situación alimentaria de los peces, las variantes de dragado, mejorar las posibilidades de pronósticos junto con los procesos de erosión costera.
La importancia económica
El color marrón no tiene relación con la contaminación,
sino que se debe a la cantidad de sedimentos que
tienen sus aguas
El interés de enfocarse en los procesos dentro del Río de la Plata, de qué manera los sedimentos son transportados y modifican el ambiente son determinantes para repensar las actividades económicas. "Estudiar con detenimiento los sedimentos del Río de la Plata puede beneficiar las actividades de dragado; que sean lo más eficientes posibles. Desarrollar las búsquedas correctas puede favorecer la navegación", remarca Simionato.
Otra de las actividades económicas destacadas es la pesca: "La zona de la cuña es especialmente importante por su valor ecológico: es una zona de desove y cría de varias especies de peces, como la corvina: uno de los principales recursos pesqueros argentinos y la principal pesca de Uruguay", señala Simionato.
Este animal desova en el frente de salinidad del Río de la Plata y cría en la bahía de Samborombón, en proximidades de Punta Piedras, una zona de abundantes nutrientes, debido al encuentro del aguas saladas con dulces. "Esto lo transforma en una incubadora perfecta. La cantidad de alimento mueve a los peces a desovar ahí ya que sus crías se quedarían en un lugar donde abunda el alimento", afirma Moreira. "Nosotros no estudiamos la corvina, pero trabajar interdisciplinariamente nos ayuda a entender estos procesos", agrega.
Destacando el color del estuario, se piensa que "la propia turbidez juega un rol importante, ya que los peces al estar escondidos en una zona opaca, tienen menos chances de ser predados. De esta manera tienen una protección natural de, por ejemplo, las aves", relata Simionato.
Una conexión remota
Si se compara con otros estuarios del mundo,
el del Río de la Plata es casi único:
este nivel de turbidez no lo poseen otros sistemas.
La cadena de procesos naturales que pareciera no tener fin: comienza desde lejos y se termina escapando rumbo al océano. "Todo se relaciona. Hay que entender cada etapa para ver cómo se van combinando, de qué manera los sedimentos son transportados y qué condiciones modificarían ese transporte. En un contexto de cambio climático, donde cambia el viento y las precipitaciones, también pueden cambiar los niveles del agua y los volúmenes de sedimentos del río Bermejo y de agua de los otros tributarios", remarca Simionato. "Los procesos naturales que venimos observando y estudiando pueden tener efectos importantes, como por ejemplo con el Delta del Paraná: en el próximo siglo podría alcanzar la Ciudad de Buenos Aires y esto se debe a la dinámica del estuario y al decantamiento de los sedimentos", marca Moreira.
Esta red que comienza en el norte del país nos permite imaginarnos por segundos a dos niños en Pichanal, provincia de Salta, lanzando piedras al río, mientras que un anciano recoge, sin suerte, su caña de pescar en busca de algún surubí. Estos eventos, de una u otra manera, tienen su impacto con un pesquero uruguayo que navega las costas de Montevideo. "Es extraño pensar que lo que ocurre en el Bermejo puede terminar influyendo en las corvinas del Río de la Plata", sintetiza Simionato. Todo el sistema está confeccionado con misterios y certezas, pero hay investigadores que buscan profundizar lo que se desconoce en medio de tanta turbidez.
TAGS: Río de la Plata, sedimentos, Diego Moreira, Claudia Simionato
Por: Diego Machuca
